Así el desierto y la soledad,
como la muerte naranja en tercera persona
pero no naranja sino amanecer,
donde se dice adiós no hay un adiós
sólo un dibujo del silencio,
los puertos y los muertos no saben irse
así iguales a los símbolos,
marginados celebres,
caras moviéndose en el cuadro
o el anillo de las letras
aplastado contra el mundo.
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