no dice
hambre durmiendo
arrinconada de calle
ni sus disparos
llenos de sed mugrienta
ni la cruz
con cara de indigestión
manos clavadas
a los milenios dorados
curando mudos
con mala sintaxis
no cuenta el encierro
violencia que desayuna
miedo tibio
rejas como bufandas
enfriando las veredas
pero tiene puesta la voz
en la muerte de las cosas
que nunca llega tarde
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